viernes, 25 de noviembre de 2011

Marinera sobre ruedas

Cuando veo perpleja bailar a una pareja la marinera siento tanta envidia de la buena, es realmente admirable, ese andar de los dos al moverse con la música. Los veo y siento que perdí tanto tiempo durante mi niñez cuando mi mamá trataba de forzarnos para entrar a las clases de marinera, nosotras, mis hermanas y yo, llorando preferiamos ir a jugar que aprender a zapatear.

Cuando vivía en Chiclayo no sentía todo este boom que puede causar, Trujillo sabe explotar muy bien a su gente, en el buen sentido de la palabra, los anima a seguir participando, los incentiva, con todos los concursos que hay y los festivales que organizan y cómo a partir de estos se generan tantan entradas de dinero. Es increiblemente sorprendente ver a gente moverse desde Lima, Chiclayo, Piura, Tumbes, etc. para venir a ver a estas personitas gozar de este baile, y es que en realidad vale la pena.

Por suerte, mi carrera está relacionado con este tema, es en la Universidad donde conocí a muchas personas involucradas en este mundo, porque la marinera es todo un sin fin de cosas que no solo involucra ver danzar a una pareja y listo, es una constante preparación, es la búsqueda del mejor vestido, que por cierto no son nada baratos, es la vestimente para los caballeros, el sombrero, es verse bien para el esperado día, son demasiadas cosas que viéndolas detalladamente te llevan a admirar y valorar más a las personas inmersas en este tema. Un día conocí a una persona, él es una de las pocas personas que el simple hecho de verlo y escucharlo hablar te causa admiración, me enseñó a valorar mi cuerpo y por cierto a sentir más envidia de la que ya venía sientiendo, yo pudiendo y teniendo todas las facilidades de gozar en pleno un baile tan rico como lo es la marinera, no supe aprovechar cuando me dieron la oportunidad, él teniendo algunos impedimentos físicos, casi mínimos para él, se jaranea de lo rico bailando.

Al verlo con su silla de ruedas bailar me hizo sentir tanto orgullo y admiración, es inexplicable todo la emoción que llegas a sentir y me gustaría este baile deberían conocerlo todo el mundo, estoy segura de que todos se quedarían maravillados porque es un verdadero arte, y en agradecimiento a esta personita por el simple hecho de existir, es que le escribí unas pequeñas líneas

Javier Morales y Claudia Herrán, Concurso de Marinera 2011


"La marinera es un baile tan nuestro, tan típico, representativo y atractivo para muchos de nosotros que sabemos valorar nuestra cultura.
Dicen que la marinera es un baile de conquista, de coqueteo, de lograr que el hombre sea conquistado por la mujer, ella en su afán intrépido de seducirlo revoltosa, presuntuosa y embriagada de vanidad, con una sonrisa inmensa comienza a bailar y ya nadie la va a frenar.

El hombre dejándose seducir a través de la imponente belleza y los movimientos de su pareja, se deja llevar… Los pies de la mujer “cepillan” el suelo, las ruedas giran al son del compás, con elegancia comienzan a rodar, la euforia se eleva, la tribuna alborotada y sorprendidos ven como una pareja tan inusual empieza a danzar. 

En su silla él se siente y se ve todo un galán, los pañuelos blancos se ven por el aire girar, derrochando elegancia y sensualidad, las ruedas se agitan sin cesar. Para ella todo es normal, unas simples ruedas no podrán el baile arruinar, esas simples ruedas hacen el baile especial, mirándose a los ojos en su tierno mirar, se dejan influenciar llegando al punto de dejarse atrapar.

¿Quién dijo que unas ruedas eran impedimento para bailar al compás de una rica marinera? La música nos hace reir, pensar, recordar, vivir y hasta a veces llorar, el baile es y se siente en lo que transmite la pareja al danzar, la única incapacidad es de todo aquel que de la música no sabe disfrutar."
A zapatear se ha dicho que esto acaba de empezar!

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